Pero yo fui, durante mucho tiempo, como tú…
Fui también un empleado trabajando para otros.
Un muy buen empleado con un sueldo excelente trabajando para otros.
Pero un empleado al fin y al cabo, incrustado en una organización en la que cada vez se complicaba más moverse, y en la que mis jefes tomaban decisiones que la mayor parte de las veces, no compartías.
Con la incertidumbre de no saber qué iba a pasar al año siguiente: ¿tendré una mejora en el sueldo? ¿si me porto bien y les río las gracias… un ascenso? ¿tendré trabajo si aparece una crisis?
Y sobretodo descontento con lo que recibía: la cantidad de horas, trabajo y dedicación que le ponía al trabajo NUNCA se veía reflejada al 100% en lo que me daban. Ni el mejor pago puede igualar todo lo que haces por una empresa.
¿Te suena?
Yo sabía que quería algo más en la vida. Pero me daba vértigo pensar en dejar un empleo y un sueldo seguros… y al final no lo hacía.
Yo sabía que EMPRENDER, crear mi propio negocio, era la mejor elección que podría hacer… pero escuchabas historias de terror de gente que lo había perdido todo… y al final no lo hacía.
Yo sabía que teniendo mi propio negocio sería mi propio jefe, sería el dueño de mis decisiones, de mis aciertos… pero también de mis errores, y el paraguas de la empresa de otro o de mis jefes para soportar el golpe… y al final no lo hacía.
Yo sabía que después de todo, lo que quería son un poco más de ingresos, algo que me permita mejorar mi calidad de vida, tener un mejor coche y unas mejores vacaciones… quizás una mejor casa incluso. Pero pensar siquiera en crear un emprendimiento mientras estoy trabajando se me hace muy dificil: “eso debe requerir dedicar demasiadas horas”… y al final no lo hacía.
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